Día Mundial de la Salud Mental

LA IMPORTANCIA DE LA SALUD MENTAL

La Salud Mental es importante y reclama visibilidad. Es tan fundamental que sin ella no se puede entender la salud hasta el punto que la Organización Mundial de la Salud define la salud como «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». Decir que existe salud mental no consiste únicamente en la ausencia de un trastorno mental. Diremos que es plena cuando nos permita hacer frente a las demandas del día a día de una manera efectiva, de forma que podamos desarrollarnos a nivel individual y contribuir al desarrollo de la comunidad en la que vivimos.

 

EL ESTADO ACTUAL DE LA SALUD MENTAL

El problema de la salud mental es que es un tema tabú teñido de ignorancia y miedo. Tratar la falta de salud mental requiere que hablemos de factores socioeconómicos y medioambientales así como biológicos. Todos ellos afectan directa o indirectamente a nuestra salud mental y llegan a suponer pérdidas millonarias para los gobiernos. A pesar de ello, algunos países invierten menos del 2% en dotar a la red de salud mental de recursos. Parece que no tienen en cuenta que una de cada cuatro personas padecerá un trastorno mental.

La misma conlleva un deterioro directo o indirecto de la calidad de vida, la economía y de la sociedad. A nadie se le escapa que vivimos en un mundo en constante cambio y que dichos cambios se suceden a una velocidad vertiginosa. Las sucesivas crisis económicas, presiones laborales, la pérdida de valores, los movimientos migratorios, los cambios sociales, conflictos bélicos o la pandemia actual entre otros factores son hechos que afectan gravemente a la salud mental tanto individual como colectiva. En este contexto, personas con predisposición biológica o psicológica se convierten en vulnerables ante la posibilidad de ver deteriorada su salud o de padecer un trastorno mental.

 

HACER VISIBLE LA SALUD MENTAL

Es por ello que todas aquellas estrategias y políticas que estén orientadas a la protección y promoción de la salud mental sean bienvenidas. Ambas son si cabe más importantes en los colectivos de población más vulnerables como los niños, los ancianos y minorías. El esfuerzo por diagnosticar y tratar estos trastornos en edades tempranas reduce el coste financiero en el futuro y evita todo tipo de problemas derivados, como puede ser el suicidio o la disminución de la expectativa o calidad de vida.

Esta especialidad es fundamental y reclama ser dotada de más recursos. Sus servicios se encargan de la prevención y el tratamiento de los trastornos mentales a través del mantenimiento, mejora y restauración de la salud mental de la población en un entorno lo más parecido a su día a día. El coste de sus tratamientos es infinitamente menor que el de otras especialidades y tiene la particularidad añadida de que sabemos que gozar de una buena salud mental reduce los costes del tratamiento en otros cuadros médicos.

En resumen, no se entiende la salud sin salud mental. Hagámosla visible.

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