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Transición del TDAH de la infancia a la edad adulta
Transición del TDAH de la infancia a la edad adulta
La llegada a la mayoría de edad supone un momento de grandes cambios para cualquier persona. La independencia de los padres, la entrada en la universidad o en el mundo laboral, las primeras relaciones de pareja y la posibilidad de tomar decisiones sin supervisión directa, hacen que esta etapa sea determinante en la construcción de la autonomía. También aparecen nuevos retos: obtener el permiso de conducir, manejar el tiempo libre con amigos o enfrentarse a situaciones de riesgo.
En quienes presentan un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), esta transición resulta especialmente crítica. A partir de los 15 años, la adherencia al tratamiento suele disminuir de forma notable. Diversos estudios muestran que, entre los 15 y los 21 años, la mayoría de los adolescentes dejan de tomar la medicación o lo hacen de forma muy irregular, lo que impacta de manera directa en su evolución.
Razones por las que los adolescentes con TDAH abandonan el tratamiento
El incumplimiento terapéutico en la adolescencia responde a múltiples factores:
- Creencias erróneas sobre el TDAH: aún hay profesionales que consideran este trastorno como exclusivo de la infancia y que recomiendan suspender la medicación al llegar a la mayoría de edad. Sin embargo, se estima que más de la mitad de los pacientes siguen presentando síntomas en la edad adulta.
- Falta de formación o seguridad en el abordaje: algunos médicos no especializados en salud mental pueden sentirse incómodos prescribiendo o ajustando este tipo de medicación, lo que interrumpe la continuidad del tratamiento si no existe un seguimiento especializado.
- Confusión propia de la adolescencia: en esta etapa, las dudas sobre la utilidad real de la medicación y la influencia de opiniones externas (amigos, padres, profesionales, entorno escolar) pueden llevar al abandono. El estigma social en torno a los trastornos mentales también juega un papel relevante.
- Nuevas decisiones personales: al alcanzar la mayoría de edad, muchos jóvenes deciden por sí mismos si continuar o no con la medicación. Si durante la adolescencia no han recibido información clara y comprensible sobre su enfermedad y los beneficios del tratamiento, es más probable que lo abandonen.
- Uso limitado a etapas académicas: algunos estudiantes creen que la medicación solo es útil para mejorar el rendimiento en exámenes, por lo que la toman de manera intermitente o la abandonan si dejan de estudiar. Esta práctica genera un peor aprovechamiento de las clases, mayores dificultades de atención y más riesgos asociados.
- Coste económico: al cumplir los 18 años, la financiación de ciertos fármacos cambia, lo que supone una barrera para algunos pacientes, especialmente si necesitan dosis mayores en la edad adulta.
Cómo facilitar la transición al tratamiento en la vida adulta
Uno de los principales problemas es la falta de coordinación entre los servicios de salud mental infantil y los de adultos. En muchas ocasiones, los jóvenes pasan de un recurso a otro sin un plan claro y, en ese proceso, se pierden citas, informes o incluso la continuidad del seguimiento.
Para evitarlo, es necesario un plan de transición bien estructurado que incluya:
- Coordinación entre profesionales: pediatras, médicos de familia, psiquiatras, psicólogos y personal de enfermería deben compartir información y trabajar de forma conjunta en la planificación.
- Explicaciones claras al paciente: dedicar tiempo a explicar qué es el TDAH, cuáles son los riesgos de no tratarlo, en qué consiste la medicación y qué consecuencias puede tener abandonarla.
- Fomento de la responsabilidad personal: ayudar al adolescente a tomar decisiones conscientes, gestionar sus obligaciones, organizar su día a día y asumir de manera activa su tratamiento.
- Participación de la familia y del entorno educativo: la colaboración de los padres y de centros educativos o universitarios puede contribuir a reducir el estigma y reforzar la importancia del seguimiento.
- Elección del tratamiento adecuado: en muchos casos, los fármacos de liberación prolongada, que cubren todo el día, favorecen la adherencia. También es necesario advertir sobre los riesgos de abuso de ciertos medicamentos, especialmente los de acción inmediata.
Conclusión
El paso del TDAH de la infancia a la edad adulta es un momento clave que requiere planificación, información clara y acompañamiento cercano. Cuando los adolescentes y jóvenes adultos se sienten comprendidos y partícipes de su propio proceso, la probabilidad de mantener el tratamiento y de mejorar su calidad de vida aumenta de manera significativa.
En Manuel Cassinello Clínica, trabajamos con un enfoque integral para acompañar a los pacientes y a sus familias en este proceso. Si buscas apoyo especializado, nuestro equipo de psiquiatras en Murcia puede ayudarte a afrontar la transición con la mejor orientación y cuidado profesional.