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¿ QUÉ ES EL ALZHEIMER ?
La enfermedad de Alzheimer es considerada como la forma más frecuente de demencia ya que representa aproximadamente el 75% del total de estos cuadros. Su causa sigue siendo desconocida y es habitual que se presente acompañada de otros tipos de deterioro cognitivo puede ser como la demencia de origen vascular. A día de hoy es una enfermedad de tremenda importancia debido al envejecimiento de la población ya que, es este aspecto precisamente, uno de los principales factores a tener en cuenta.
ALGUNOS DATOS SOBRE EL ALZHEIMER
Se estima que en un plazo de 40 años el número de casos de esta enfermedad pase de los 26 millones que había a comienzos de siglo hasta un total de 107 millones en todo el mundo, de los cuales aproximadamente 17 millones de casos serán europeos.
El riesgo aumenta progresivamente a partir de los 65 años, siendo máximo a partir de los 85 donde afecta aproximadamente al 22% de la población. Afecta más a mujeres que a hombres aunque un estilo de vida saludable y la estimulación cognitiva ayuda a disminuir de manera notable el riesgo de padecerla. Por otra parte, aunque ningún fármaco puede a día de hoy curar la enfermedad sí que hay tratamientos que ayudan a enlentecer su progresión.
¿QUÉ SÍNTOMAS TIENE?
Suele comenzar con problemas de memoria, olvido de palabras de uso poco común, problemas para orientarse y dificultad para manejar las fechas o dificultad para encontrar las palabras. Es usual que los familiares objetiven cambios de personalidad, cambios del estado de ánimo o que observen que los familiares parecen no prestarles atención. Posteriormente es común que comiencen a tener problemas al moverse o caminar. Por último, también es habitual que se muestren más desconfiados, suspicaces o que se vuelvan rígidos en sus demandas y en su forma de pensar. Es frecuente que aparezcan incluso ideas delirantes como que los familiares les roban o que la pareja le está siendo infiel.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA PSIQUIATRÍA?
El psiquiatra interviene en los casos en los que el paciente presenta alteraciones de conducta. Entre estas se incluyen la agresividad, la irritabilidad, la suspicacia o las ideas delirantes. También aborda el tratamiento de los cambios en el estado de ánimo o insomnio si lo hubiera.
Por otra parte, el psiquiatra formado en Neuropsicología, puede administrar diferentes pruebas de evaluación estandarizadas que permiten identificar la presencia, naturaleza y severidad de las alteraciones presenciadas por los familiares o por el propio paciente. Este tipo de evaluaciones nos permite identificar donde se encuentran las principales dificultades y así poder instaurar un tratamiento rehabilitador que enlentezca el curso de la enfermedad.