En la actualidad, las habilidades sociales y la inteligencia emocional son dos aspectos imprescindibles a los que prestar atención para disfrutar de una buena salud mental. Pero, ¿por qué son tan importantes? En este artículo te ayudo a descubrirlo. ¡Sigue leyendo!
Índice de contenidos
La importancia de las habilidades sociales e inteligencia emocional en la salud mental
Antes de analizar por qué la salud mental se ve afectada por la inteligencia emocional y las habilidades sociales adquiridas, quiero aclarar a qué hacen referencia estos términos, pues están estrechamente relacionados.
¿En qué consisten las habilidades sociales?
Al vivir en comunidad, los seres humanos sentimos la necesidad de mantener relaciones interpersonales y comunicarnos con otros de forma habitual para garantizar una buena salud mental. Sin embargo, no basta con intercambiar palabras: una comunicación se considera efectiva cuando el mensaje que una persona trata de enviar es recibido y comprendido por otra. Para asegurarse de que el intercambio de mensajes sea efectivo, es fundamental contar con las aptitudes conocidas como habilidades sociales.
Las habilidades sociales son aquellas conductas que se adquieren a lo largo de los años mediante la educación y las relaciones con otras personas. No forman parte intrínseca de la personalidad de los individuos, lo que significa que pueden ser aprendidas y desarrolladas con el tiempo.
Para quienes desean mejorar estas habilidades, superar la timidez o desarrollar la asertividad, existen estrategias científicas que pueden ser de gran utilidad. Se pueden encontrar más estrategias científicas para superar la timidez y desarrollar la asertividad en habilidadsocial.com, la web de Pau Forner, donde se proponen recursos y consejos prácticos para avanzar en este camino.
Habilidades sociales esenciales
Algunas de las habilidades sociales más importantes, que toda persona debería aprender, son:
- La asertividad.
- La capacidad de escucha.
- La comunicación de sentimientos.
- La negociación.
- La resolución de conflictos.
¿Qué se entiende por inteligencia emocional?
La inteligencia emocional se encuentra íntimamente relacionada con el desarrollo de las habilidades sociales, pues al fin y al cabo es una de las aptitudes esenciales que toda persona debe tener para reconocer, comprender y regular las propias emociones, así como entender e influir en las de otras personas. Varios estudios han demostrado que aquellas personas que tienen un nivel elevado de inteligencia emocional, gozan de una mejor salud mental.
Al igual que ocurre con las habilidades sociales, la inteligencia emocional es algo que se adquiere a lo largo del tiempo, que se construye individualmente a través de los distintos vínculos que se forjan desde la infancia. Es a través de esta capacidad que los seres humanos forjan relaciones basadas en la empatía, lo que además de permitir expresar los sentimientos, hace que la comunicación y la resolución de conflictos sean más efectivas.
Componentes claves de la inteligencia emocional
Los componentes fundamentales de la inteligencia emocional por lo general incluyen:
- La autoconciencia.
- La autorregulación.
- La automotivación.
- La empatía.
- Las habilidades sociales.
¿Por qué es importante para la salud mental desarrollar inteligencia emocional y habilidades sociales?
Como he señalado antes, tanto las habilidades sociales como la inteligencia emocional son dos herramientas indispensables para que las personas puedan comunicarse adecuadamente, lo que en una sociedad como la nuestra es un requisito importante para disfrutar de una vida más plena.
Ambas aptitudes tienen varios efectos beneficiosos directos sobre la salud mental, tienen un impacto importante en los tratamientos y son imprescindibles en el desarrollo personal de las personas.
1. Beneficios para la salud mental
El desarrollo de la inteligencia emocional y las habilidades sociales es crucial para la salud mental por varias razones que quiero destacar:
- Favorecer las relaciones entre las personas: al desarrollar habilidades sociales resulta más sencillo crear relaciones saludables y significativas con otros, las cuales pueden llegar a convertirse en un gran apoyo social.
- Reducir el aislamiento social y la soledad: no saber comunicarse con las personas que les rodean, ocasiona sentimientos de soledad y aislamiento en muchas personas, por eso contar con las capacidades indicadas puede evitar este tipo de emociones.
- Controlar la ansiedad y el estrés: poseer una inteligencia emocional firme hace que expresar los sentimientos sea más sencillo, lo que a su vez hace que las personas puedan lidiar mejor con situaciones de conflicto y con el estrés que estas acarrean.
- Prevenir recaídas en enfermedades mentales: gracias a las habilidades sociales y a la inteligencia emocional es más fácil crear y mantener relaciones de apoyo que eviten recaer en algunas enfermedades relacionadas con la salud mental.
2. Impacto en los tratamientos
Aprender habilidades sociales y desarrollar una sana inteligencia emocional es útil a la hora de recibir tratamientos relacionados con la salud mental, ya que tienen los siguientes efectos:
- Como apoyo terapéutico: en especial en ciertas terapias cognitivo-conductuales, contar con buenas habilidades sociales hace que sea más efectivo abordar problemas como la ansiedad social, la esquizofrenia y la depresión.
- En la rehabilitación psicosocial: en aquellas personas con graves trastornos mentales, desarrollar las habilidades sociales y la inteligencia emocional es clave para sus terapias de rehabilitación.
3. Desarrollo personal
Las habilidades sociales y la inteligencia emocional también son importantes para el desarrollo individual de cada persona, pues tienen gran influencia en varias facetas:
- En la autoestima y asertividad: las habilidades sociales como la autoestima positiva, la asertividad y autoconfianza, se relacionan con una salud mental positiva.
- En la adaptación social: desarrollar habilidades sociales facilita la adaptación e interacción social, especialmente en las primeras etapas, como la adolescencia.
- En la influencia en el entorno: la habilidad para influir activamente en el entorno y en las personas del alrededor se relaciona con una buena salud mental.
Aprender habilidades sociales y saber gestionar las emociones es básico para saber enfrentar los desafíos sociales y emocionales del día a día y, por lo tanto, disfrutar de una mejor salud mental y calidad de vida.