Trastornos del Movimiento: Qué son y cuántos hay

Los trastornos del movimiento son enfermedades neurológicas que causan problemas con el movimiento. Os lo cuento en mi nuevo post ¡Sigue leyendo!

Trastornos del Movimiento: Qué son y cuántos hay

Los trastornos del movimiento son afecciones neurológicas que afectan la capacidad de una persona para moverse de manera normal y coordinada. Pueden afectar la velocidad, fluidez, calidad y facilidad del movimiento. Se debe acudir a un médico y profesional de neuropsiquiatría que pueda diagnosticar y tratar los síntomas.

Hay muchos tipos diferentes de trastornos del movimiento. Son afecciones neurológicas que afectan a diferentes partes del cuerpo causando movimientos inusuales que pueden ser involuntarios o voluntarios.

Trastornos del movimiento

Tipos de trastornos del movimiento

Los trastornos del movimiento son trastornos que causan espasmos, tirones o sacudidas. Pueden reducir o enlentecer los movimientos, y pueden afectar actividades tales como escribir o tocar el piano. Existen generalmente tres tipos de trastornos del movimiento: movimiento excesivo (hipercinético), reducción intencional anormal del movimiento (hipocinético) y movimientos involuntarios anormales (discinesia).

  • Enfermedad de Parkinson: Es uno de los trastornos del movimiento más comunes. Se caracteriza por la degeneración de las células nerviosas en una parte del cerebro que controla el movimiento, lo que lleva a temblores, rigidez muscular, dificultad para caminar y problemas de coordinación.
  • Corea: Se caracteriza por movimientos involuntarios, bruscos y rápidos que pueden afectar a diferentes partes del cuerpo. La corea puede ser un síntoma de varias enfermedades, como la enfermedad de Huntington. Por lo general, estos movimientos afectan el rostro, la boca, el tronco y las extremidades, y pueden asemejarse a movimientos nerviosos exagerados.
  • Ataxia: La ataxia es un trastorno del movimiento que impacta la región cerebral encargada de la coordinación de movimientos. Sus manifestaciones pueden incluir movimientos descoordinados o torpes que comprometen el equilibrio, el habla y las extremidades, entre otros síntomas. Las causas de la ataxia son diversas e incluyen trastornos degenerativos y genéticos. Además, puede originarse debido a infecciones u otras condiciones tratables.
  • Distonía cervical: La distonía cervical es un trastorno en el cual los músculos del cuello experimentan contracciones involuntarias, lo que resulta en una torsión de la cabeza hacia un lado, inclinación hacia adelante o hacia atrás. A menudo, esta condición puede acompañarse de temblores.
  • Distonía: Provoca contracciones musculares involuntarias y sostenidas que pueden llevar a posturas anormales o movimientos repetitivos y dolorosos. Puede afectar a una parte del cuerpo o a múltiples partes.
  • Parkinsonismo: término general que describe la lentitud de los movimientos junto con rigidez, temblores y pérdida del equilibrio. Tiene múltiples causas, siendo la enfermedad de Parkinson y ciertos medicamentos inhibidores de dopamina las más comunes. Otros factores incluyen trastornos neurodegenerativos como la atrofia multisistémica y la parálisis supranuclear progresiva. Además, un accidente cerebrovascular o lesiones craneales repetidas pueden desencadenar parkinsonismo.
  • Enfermedad de Huntington: Es una afección hereditaria y progresiva que puede ser diagnosticada mediante pruebas genéticas. La enfermedad de Huntington presenta tres rasgos distintivos: movimientos incontrolados, dificultades cognitivas y trastornos psiquiátricos.
  • Atrofia multisistémica: Este trastorno neurológico poco común afecta varios sistemas cerebrales y progresa gradualmente. La atrofia multisistémica ocasiona trastornos del movimiento como la ataxia o el parkinsonismo. También puede provocar hipotensión, pérdida del control de la vejiga y comportamientos físicos durante el sueño.
  • Parálisis supranuclear progresiva: Es un trastorno neurológico poco común que resulta en dificultades para caminar, mantener el equilibrio y mover los ojos. En ocasiones, puede tener similitudes con la enfermedad de Parkinson, aunque se trata de una afección diferente.
  • Síndrome de las piernas inquietas: El síndrome de las piernas inquietas es un trastorno del movimiento que provoca sensaciones desagradables en las piernas cuando la persona está relajada o recostada, y que suelen aliviarse con el movimiento.
  • Síndrome de Tourette: Se trata de una afección neurológica que se manifiesta entre la niñez y la adolescencia, y se asocia a movimientos y sonidos vocales repetitivos.
  • Temblores: Movimientos rítmicos e involuntarios que pueden afectar las manos, los brazos, la cabeza, las cuerdas vocales u otras partes del cuerpo.
  • Atetosis: Movimientos lentos, sinuosos y continuos que afectan principalmente a las manos, los pies y otras extremidades.
  • Tics: Movimientos o sonidos involuntarios que son repentinos, rápidos y recurrentes.
  • Mioclonías: Contracciones  y espasmos musculares rápidos y repentinos que pueden afectar a una parte del cuerpo o a todo el cuerpo.
  • Enfermedad de Wilson: Este trastorno es una condición hereditaria poco común que resulta en la acumulación excesiva de cobre en el cuerpo, lo que conlleva problemas neurológicos, distonía, temblores, parkinsonismo y ataxia.

Causas de los Trastornos del Movimiento

Los trastornos del movimiento son afecciones neurológicas, y su causa más frecuente radica en defectos en áreas específicas del cerebro o en la base del cerebro, como el cerebelo. Estos defectos suelen tener un componente genético, pero los movimientos inusuales también pueden ser desencadenados por el estrés, drogas, consumo de alcohol y enfermedades crónicas. Algunos trastornos, como el Parkinson, se clasifican como afecciones neurodegenerativas y suelen tener un origen genético. Causas:

  • Genética: Algunos trastornos del movimiento son hereditarios, como la enfermedad de Huntington.
  • Lesiones cerebrales: Lesiones en el cerebro debido a trauma, accidente cerebrovascular u otras condiciones pueden causar trastornos del movimiento.
  • Trastornos metabólicos: Alteraciones en el metabolismo del cuerpo pueden afectar el funcionamiento normal del sistema nervioso y causar trastornos del movimiento.
  • Infecciones: Algunas infecciones virales o bacterianas pueden causar trastornos del movimiento.
  • Toxinas: La exposición a ciertas toxinas puede dañar el sistema nervioso y causar trastornos del movimiento.

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Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de los trastornos del movimiento implica una evaluación exhaustiva por parte de un profesional de la salud, generalmente un neurólogo especializado en trastornos del movimiento. Aquí hay algunos pasos comunes en el proceso de diagnóstico:

  • Historial Médico y Examen Físico: El médico comenzará recopilando información detallada sobre los síntomas del paciente, su historial médico, antecedentes familiares y cualquier factor desencadenante relevante. Luego realizará un examen físico para observar los movimientos del paciente, la postura, la fuerza muscular y los reflejos.
  • Pruebas de Laboratorio: Se pueden realizar análisis de sangre u otras pruebas de laboratorio para descartar otras condiciones médicas que puedan estar causando los síntomas o para detectar posibles causas subyacentes de los trastornos del movimiento, como infecciones o trastornos metabólicos.
  • Pruebas de Imagen: Se pueden utilizar imágenes del cerebro, como resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC), para detectar anomalías estructurales o cambios en el cerebro que puedan estar asociados con ciertos trastornos del movimiento.
  • Pruebas Específicas de Función Cerebral: Algunas pruebas, como la electromiografía (EMG) o la electromiografía de superficie (EMG), pueden ayudar a evaluar la actividad eléctrica de los músculos y los nervios para diagnosticar trastornos específicos como la distonía.
  • Escalas de Evaluación Específicas: Los médicos pueden utilizar escalas de evaluación estandarizadas, como la Escala Unificada de la Enfermedad de Parkinson (UPDRS), para evaluar la gravedad y la progresión de los síntomas en trastornos específicos como el Parkinson.
  • Pruebas Específicas de Función Motora: Se pueden realizar pruebas específicas para evaluar la función motora, la coordinación y el equilibrio del paciente, lo que puede ayudar a diferenciar entre diferentes trastornos del movimiento.
  • Evaluación Neuropsicológica: En algunos casos, se puede realizar una evaluación neuropsicológica para evaluar la función cognitiva y emocional del paciente, especialmente en trastornos como la enfermedad de Huntington, que pueden afectar estos aspectos.

Una vez completada la evaluación, el médico podrá hacer un diagnóstico preciso y recomendar un plan de tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos, terapia física, terapia ocupacional, terapia del habla, cirugía u otros enfoques según las necesidades individuales del paciente.

  • Medicamentos: Se pueden recetar medicamentos para controlar los síntomas de los trastornos del movimiento, como los medicamentos dopaminérgicos para la enfermedad de Parkinson.
  • Terapia Física y Ocupacional: La terapia puede ayudar a mejorar la fuerza muscular, la coordinación y la movilidad.
  • Cirugía: En algunos casos, se puede recomendar la cirugía para tratar ciertos trastornos del movimiento, como la estimulación cerebral profunda para la enfermedad de Parkinson.
  • Terapia del Habla y del Lenguaje: Puede ser útil para tratar trastornos del movimiento que afectan la capacidad de hablar y comunicarse.
  • Tratamientos Alternativos: Algunas personas pueden encontrar alivio a través de terapias complementarias como la acupuntura, la quiropráctica o la medicina herbal, aunque estos enfoques pueden variar en su efectividad y no son necesariamente respaldados por evidencia científica sólida.

 

La gestión de los trastornos del movimiento a menudo requiere un enfoque multidisciplinario que puede involucrar a neurólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, terapeutas del habla, neuropsiquiatras y otros profesionales de la salud. Es importante que las personas con trastornos del movimiento trabajen en estrecha colaboración con su equipo médico para desarrollar un plan de tratamiento individualizado.

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