El mutismo selectivo es una afectación que presentan algunos niños a la hora de comunicarse verbalmente con personas o en entornos poco conocidos ¡Sigue leyendo!
Es un trastorno psicológico que suele estar vinculado a una posible fobia social o ansiedad que sufren algunos niños por la que deciden no hablar ante situaciones y personas poco conocidas y sin confianza. Esto puede ocasionar en el niño problemas de interacción social, de adaptación y a nivel emocional. Por lo que se suele precisar ayuda profesional para gestionar esta situación y su afectación en el niño.
El síntoma principal es la desaparición de la capacidad de hablar en determinadas circunstancias o ante ciertas personas ajenas al círculo de confianza. Para ser considerado como un trastorno debe producirse como mínimo durante un mes, sin cambios, enfermedad médica o acontecimientos relevantes que justifiquen esa aparente timidez en su comportamiento o incapacidad del habla por problemas de salud.
Sus síntomas suelen ser, niños más quisquillosos, sensibles a la multitud, luces, sonidos, tacto, dificultad para comunicarse y presentan cierta dificultad para autorregularse. Si no se trata puede producir otros síntomas a diferentes niveles como:
Si no contactamos a tiempo con un profesional que ayude a tratar este trastorno infantil, podría suponer un elevado nivel de angustia y alteraciones significativas en su vida social y escolar.
El mutismo selectivo suele ser más común en niños menores de 5 años. Aunque sus causas como tal aún se desconocen, existe cierto patrón en niños con miedo (fobia) extrema y ansiedad. A menudo, los padres suelen pensar que es el niño quién opta por no hablar, sin embargo, es algo más complejo, ya que es incapaz de hablar en ciertos contextos sociales.
El día a día de los niños está repleto de infinidad de situaciones de socialización (en la escuela, parques…), estas situaciones no siempre resultan fáciles y agradables. Cualquier malentendido, crítica o burla puede provocar una pérdida de interés e incluso que el niño deje de hablar. Si este hecho no remite puede convertirse en un trastorno.
Si bien no existen unas causas concretas, los profesionales coincidimos en que sí existe un patrón o causas psicológicas, como pueden ser:
Algunos niños tienen una historia familiar afectados de mutismo selectivo, trastornos de ansiedad o timidez extrema, lo que puede ser un desencadenante. Debemos destacar que no es lo mismo el mutismo selectivo que el mutismo.
Si has empezado a notar este tipo de comportamientos en tu hijo, contacta conmigo a través de mi página web o redes sociales (Facebook, Instagram y Linkedin), concertamos una cita.